Gaspar Parras Jiménez

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PRESENTACIÓN

CARTA DE PRESENTACIÓN

TITULACIÓN ACADÉMICA

TITULACIÓN ACADÉMICA

FORMACIÓN COMPLEMENTARIA

FORMACIÓN COMPLEMENTARIA

EXPERIENCIA LABORAL

EXPERIENCIA LABORAL

PUBLICACIONES Y PARTICIPACIONES

PUBLICACIONES Y PARTICIPACIONES

BALONCESTO

BALONCESTO

TRABAJOS FOTOGRÁFICOS

TRABAJOS FOTOGRÁFICOS

RELIGIÓN

RELIGIÓN

Experiencia práctica desde el aula de Inglés en Primaria

En el aula de Inglés de Primaria he comprobado, curso tras curso, que el trabajo en equipo no “ocurre” por arte de magia: se diseña. La diferencia entre un grupo que simplemente se sienta junto y un equipo que coopera de verdad está en la estructura, en los roles, en las metas claras y en la retroalimentación. Las herramientas digitales bien elegidas funcionan como un amplificador de esta cooperación: facilitan la organización, ofrecen canales variados de expresión y permiten que todo el alumnado encuentre un lugar desde el que aportar. En este post detallo un repertorio de recursos digitales que utilizo para fomentar el aprendizaje colaborativo, explico por qué los elijo, cómo los introduzco en clase y con qué criterios evalúo el proceso para que el trabajo en equipo sea auténtico y no un trámite. 


Colaboración con propósito

Antes de escoger herramientas, defino con mi alumnado tres ideas fuerza: una meta compartida (qué vamos a crear y para quién), roles claros (quién hace qué y cuándo) y reglas de interacción (cómo decidimos, cómo discrepamos y cómo cerramos acuerdos). Cuando estos cimientos están, la tecnología suma en lugar de distraer. En Inglés, las metas suelen ser productos comunicativos: pósteres digitales, presentaciones orales, podcasts, guías turísticas o cuentos multimodales. Los roles combinan responsabilidades lingüísticas (revisión de vocabulario, pronunciación) y técnicas (maquetación, edición, subida de recursos). Y las reglas de interacción se apoyan en frases útiles en inglés para pedir turno, clarificar, matizar o disentir con respeto.

Criterios para elegir herramientas

Selecciono los recursos digitales con cuatro criterios: accesibilidad (funcionan bien en los dispositivos del centro; baja barrera de entrada), cooperación real (edición simultánea, comentarios, control de versiones), multimodalidad (texto, imagen, audio, vídeo) y evaluación formativa (posibilidad de rúbricas, comentarios y coevaluación). Por eso combino muros colaborativos, documentos en la nube, pizarras digitales, editores de audio, maquetadores sencillos, gestores de colecciones y herramientas de respuesta rápida tipo quiz. Lo importante no es usar “de todo”, sino tener un kit estable al que el alumnado regresa con familiaridad, y ampliar puntualmente cuando el proyecto lo pida.

Kit básico para el trabajo en equipo

Padlet: el muro que ordena ideas y voces

Uso Padlet como punto de partida de muchos proyectos. Permite que todo el alumnado aporte en paralelo: vocabulario, enlaces, imágenes, borradores de frases, preguntas y minivídeos. Para iniciar unidades temáticas (food, city, animals, celebrations) creo columnas por subtemas y asigno a cada equipo un espacio para “sembrar” ideas. Reglas claras: cada aporte debe llevar título en inglés, frase modelo y, si procede, apoyo visual. Después reciclamos el muro como repositorio vivo durante el proyecto.

Jamboard/Whiteboard y pizarras colaborativas

Para lluvia de ideas y planificación visual empleo pizarras digitales (Jamboard o alternativas similares). Las notas adhesivas ayudan a distribuir tareas por roles, y las flechas facilitan diseñar la secuencia del producto final. El alumnado ve en tiempo real cómo avanza el plan, negocia cambios y documenta decisiones (“we chose this picture because…”, “we moved this paragraph to the end…”). Esta traza es oro para la evaluación del proceso.

Documentos y presentaciones compartidas

En la fase de redacción y montaje, los documentos y las diapositivas en la nube son el eje. Une al equipo alrededor de un borrador único con comentarios dirigidos y modo sugerencias. Para Inglés marco convenciones: títulos con H1/H2, glosario al final, frases objetivo por apartados y una sección “Language Bank” con conectores útiles. Las presentaciones sirven después como guion para la exposición oral, incluyendo notas del portavoz.

Canva y editores de diseño accesibles

Cuando el producto exige impacto visual (póster, folleto, portada del cuento), Canva facilita plantillas limpias y colaboración. Establezco un brief sencillo: propósito, audiencia, tono y paleta. Añadimos un checklist lingüístico (títulos en Title Case, revisar plural/singular, artículos y preposiciones) y un checklist de accesibilidad (contraste suficiente, tipografías legibles).

Wakelet/colecciones: curar antes de crear

Antes de producir, invito a “curar”: seleccionar, comparar y justificar fuentes. Las colecciones compartidas permiten agrupar vídeos, mapas, imágenes y definiciones. Cada elemento se anota con una caption en inglés explicando por qué sirve (“we chose this video because it shows…”) y citando la fuente. Esta práctica reduce el “copiar-pegar” y mejora la competencia informacional.

Audio y vídeo: voz al centro

Para dar protagonismo a la oralidad, combino grabadoras sencillas y editores básicos. Los podcasts en grupo, los booktrailers y las microexplicaciones funcionan muy bien para que el alumnado se escuche, se autocorrija y gane seguridad. Trabajo con guiones cortos, marcando chunks y pausas, y con rúbricas de pronunciación y prosodia que el equipo revisa antes de publicar.

Quizzes colaborativos y respuesta rápida

Uso herramientas de quiz en modo cooperativo para evaluar en caliente y detectar necesidades de refuerzo. Lo clave no es el ranking, sino la discusión posterior: cada equipo explica por qué eligió una opción y reformula la respuesta correcta en sus propias palabras. Así el quiz se convierte en retroalimentación formativa, no solo en un juego.

Secuencia de implementación desde la idea al producto final

1) Activación y encuadre

Inicio con una tarea breve y desafiante que active conocimientos previos (una imagen disparadora, un audio corto, un mapa interactivo). En Padlet, cada equipo escribe tres palabras clave y una pregunta. Presento la meta del proyecto, el producto final y la audiencia (otra clase, familias, blog del centro). El inglés entra como lengua vehicular desde el minuto uno con expresiones de uso real para planificar y opinar.

2) Planificación colaborativa

En pizarra colaborativa, los equipos reparten roles y tareas con plazos. Añado mi scaffolding: checklist de calidad, banco de conectores y preguntas guía (“What do we want the audience to learn?”, “How will we show evidence?”). Aquí defino puntos de control para ver avances sin interrumpir el trabajo.

3) Curación y construcción

Los equipos curan recursos (colecciones) y elaboran borradores en documentos compartidos. La regla es “primero contenido, luego diseño”. Trabajo con comentarios-respuesta (“threaded”) para que el diálogo quede registrado. La gramática y el léxico se abordan en contexto sobre el propio borrador: no corrijo todo, señalo patrones y pido al equipo que proponga soluciones.

4) Producción y ensayo

Pasamos a la maqueta en Canva o a la presentación. Para la oralidad, ensayamos con grabaciones rápidas que el equipo revisa con la rúbrica de pronunciación. Ajustan ritmo, entonación, énfasis y apoyos visuales. Si hay vídeo, cierro con una regla de oro: mejor claro y breve que largo y confuso.

5) Publicación y difusión

Presentamos el producto a la audiencia prevista (clase paralela, familias, blog). Cada equipo dispone de un tiempo limitado y un turno de preguntas. El resto de la clase ofrece retroalimentación con una pauta de observación sencilla. Guardamos evidencias (enlaces, códigos QR) para el portafolio digital del trimestre.

6) Evaluación y reflexión

Cierro siempre con triple mirada: autoevaluación, coevaluación y evaluación docente. Las rúbricas incluyen dimensiones de producto (claridad, lengua, diseño) y de proceso (participación, escucha, gestión del tiempo, resolución de conflictos). Cada equipo registra tres aciertos y dos mejoras. Convertimos esas mejoras en objetivos concretos para el siguiente proyecto.

Tres proyectos listos para usar

Our Dream School (5.º de Primaria)

Objetivo: diseñar y presentar, en inglés, la “escuela soñada” del equipo. Secuencia: activación con imágenes de colegios del mundo; lluvia de ideas en pizarra colaborativa; curación de ejemplos; borrador en documento compartido; póster en Canva; presentación oral. Roles: portavoz, diseñador/a, “language checker” y coordinador/a. Evaluación: rúbrica con peso para claridad del discurso, precisión lingüística y coherencia visual.

Travel Mini-Guides (4.º–6.º)

Objetivo: crear una guía turística breve de una ciudad anglófona. Cada equipo arma una colección con mapas, lugares y datos prácticos; redacta secciones breves (How to get there, Top 5 places, Food you must try) y diseña una guía digital. Valor diferencial: inclusión de audios cortos explicando recomendaciones. Presentación con QR para que la clase explore desde sus tablets.

English Podcast Show (3.º–6.º)

Objetivo: producir un podcast colaborativo de 4–6 minutos con secciones variadas (news, riddles, interview). El guion se escribe en documento compartido, controlando tiempos y entradas musicales. Ensayos con grabaciones rápidas. Publicación en el blog del centro con breve descripción escrita por el propio equipo.

Gestión de roles y dinámica de equipos

Para evitar la “ley del mínimo esfuerzo” asigno roles rotatorios: coordinación, voz principal, edición y control de calidad lingüística. Cada rol tiene responsabilidades observables (lista de verificación). El alumnado sabe cuándo cambia de rol y qué habilidades debe practicar. En paralelo, entreno habilidades sociales: pedir la palabra, sintetizar acuerdos, discrepar con cortesía y cerrar tareas a tiempo. Todo se trabaja con frases modelo en inglés visibles en clase.

Evaluación formativa supervisando el aprendizaje mientras sucede

La evaluación acompaña el proceso. Uso rúbricas breves (máximo cuatro niveles, descriptores claros) y registros de observación. En documentos compartidos, dejo comentarios anclados; en muros y pizarras, destaco aportes valiosos con “me gusta docente” y una nota explicativa. La coevaluación se hace con una pauta sencilla (qué ayudó al equipo, qué aclararía, qué cambiaría). Además, vinculo los criterios de evaluación con evidencias concretas (enlaces, capturas, audios).

Inclusión y accesibilidad

El trabajo en equipo con herramientas digitales permite ajustar apoyos: dictado por voz para quien lo necesita, plantillas con frases inicio, bancos de pictogramas, lectura en voz alta integrada y subtítulos en vídeos. En diseño, cuido el contraste y el tamaño de fuente. En Inglés, ofrezco “menus de andamiaje”: listas de conectores, estructuras modelo y ejemplos de pronunciación con audio. La meta es que todo el alumnado participe con voz propia.

Riesgos frecuentes y cómo los prevengo

Tres tropiezos típicos: dispersión (demasiadas herramientas a la vez), dependencia del “experto tecnológico” del equipo y productos bonitos con poco contenido. Para evitarlos, limito el kit por trimestre, distribuyo responsabilidades técnicas y exijo criterios de calidad claros (contenido primero, formato después). Si un recurso falla, tengo siempre un plan B equivalente (pizarra alternativa, copia local del documento, exportación del póster en imagen).

Reflexión

Las herramientas digitales no hacen el trabajo en equipo por sí solas, pero cuando el objetivo es claro y los roles están definidos, se convierten en palancas de participación, creatividad y aprendizaje auténtico. En Inglés de Primaria aportan algo decisivo: contextos reales para usar la lengua y múltiples vías para que el alumnado se exprese y se escuche. Con un kit razonable, una secuencia repetible y una evaluación formativa constante, la colaboración deja de ser una consigna y pasa a ser una forma de aprender que contagia a todo el colegio.

Bibliografía:

  • Guitert, M., & Pérez-Mateo, M. (2013). La colaboración en entornos virtuales de aprendizaje. UOC.
  • Harasim, L., Hiltz, S. R., Teles, L., & Turoff, M. (2000). Redes de aprendizaje: Guía para la enseñanza y el aprendizaje en red. Gedisa.
  • Johnson, D. W., Johnson, R. T., & Holubec, E. J. (1998). Cooperation in the classroom (6th ed.). Interaction Book Company.
  • Salinas, J. (2005). El diseño de procesos de aprendizaje cooperativo en situaciones virtuales. Paidós.
  • Suárez, C. (2019). Aprendizaje colaborativo en entornos virtuales. Ediciones Universidad de Salamanca.
  • Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press.

 En el aula de Primaria, y especialmente en la enseñanza del Inglés, pocas cosas resultan tan poderosas como el aprendizaje colaborativo. He podido comprobarlo en mi propia práctica: cuando el alumnado se organiza en grupos, con roles definidos y un objetivo común, no solo aprenden más vocabulario o estructuras gramaticales, sino que desarrollan competencias sociales, autonomía y confianza en sí mismos.

Si a este enfoque le sumamos las posibilidades que nos brinda el CALL (Computer Assisted Language Learning), el resultado es un escenario aún más rico. La tecnología, lejos de ser un accesorio, se convierte en un medio para conectar, crear y compartir.

En este artículo voy a explicar cómo aplicar el aprendizaje colaborativo en el aula de Inglés de Primaria, aprovechando las ventajas de los entornos CALL. Hablaré de sus fundamentos, de cómo organizar el trabajo y de ejemplos concretos que me han funcionado con mi propio alumnado.



El aprendizaje colaborativo en Primaria

El aprendizaje colaborativo no consiste en juntar al alumnado en grupos para hacer una tarea. Implica un planteamiento mucho más profundo, basado en la idea de que cada miembro es responsable de su propio aprendizaje y del de los demás.

En la práctica, esto supone que el éxito de un equipo depende de la participación de todos sus integrantes. Nadie puede quedarse atrás. Cuando esto ocurre, los beneficios son múltiples: mejora la comunicación, se desarrolla la empatía, se refuerza la responsabilidad y se multiplica la motivación.

En Inglés de Primaria, además, el aprendizaje colaborativo tiene una ventaja añadida: obliga al alumnado a usar la lengua como herramienta de comunicación real. Ya no se trata de repetir frases sueltas, sino de cooperar en un proyecto común en el que el idioma es vehículo necesario.


Principios básicos para trabajar de manera colaborativa

Hay varios principios que conviene tener presentes si queremos aplicar el aprendizaje colaborativo de forma eficaz:

  • Interdependencia positiva: el alumnado entiende que necesita al grupo para alcanzar el objetivo.

  • Responsabilidad individual y grupal: cada uno asume un rol y se compromete con él, pero también responde por el trabajo conjunto.

  • Interacción estimuladora: las actividades requieren comunicación constante, negociación de ideas y apoyo mutuo.

  • Desarrollo de habilidades sociales: aprender a escuchar, argumentar, aceptar críticas y resolver conflictos forma parte del proceso.

  • Evaluación compartida: el grupo reflexiona sobre lo que ha funcionado y lo que puede mejorar.


CALL como entorno potenciador del aprendizaje colaborativo

El CALL (Computer Assisted Language Learning) no sustituye la enseñanza presencial, pero sí amplía las posibilidades del aula. Gracias a herramientas digitales, el alumnado puede colaborar de formas que antes eran impensables:

  • Crear documentos compartidos en tiempo real.

  • Diseñar presentaciones conjuntas desde diferentes dispositivos.

  • Participar en foros o muros virtuales con comentarios en inglés.

  • Grabar y editar proyectos multimedia en grupo.

Estas dinámicas no solo aumentan la motivación, sino que ofrecen a cada miembro del grupo la oportunidad de aportar según sus habilidades. Quien tiene más facilidad con la tecnología puede ayudar a maquetar, quien se expresa mejor oralmente puede grabar, y quien tiene buena memoria visual puede diseñar.


Cómo organizar un aula colaborativa con CALL

Para que el aprendizaje colaborativo funcione, es necesario planificar. No basta con decir: “trabajad en grupo”. Mi experiencia me ha enseñado algunos pasos clave:

Definir el objetivo claramente. El grupo debe saber qué se espera: redactar un diálogo, preparar una presentación o diseñar un póster digital.

Formar equipos heterogéneos. Mezclar alumnado con distintos niveles de inglés y diferentes destrezas digitales favorece que se ayuden entre sí.

Asignar roles. Portavoz, coordinador de tiempos, responsable tecnológico, redactor… Cada rol asegura la participación y evita que alguien quede al margen.

Elegir las herramientas adecuadas. Según el objetivo, puede ser mejor un Padlet, un documento en Google Docs, un Jamboard o un mural digital.

Supervisar y guiar. El docente no desaparece. Su papel es acompañar, orientar, resolver dudas y garantizar que el inglés se use realmente en las interacciones.


Ejemplos prácticos en Inglés de Primaria

A continuación comparto algunas actividades que he realizado con mi alumnado y que han resultado muy eficaces:

1. Proyecto “Our Ideal Town”
Cada grupo diseña una ciudad ideal en inglés. Usan Jamboard para crear un mapa con edificios, parques y transportes. Después deben explicar a la clase cómo es su ciudad, qué servicios tiene y por qué sería un buen lugar para vivir.

2. Debate digital “Which is better: cats or dogs?”
Divido la clase en grupos y cada uno prepara argumentos a favor o en contra. Utilizan Padlet para subir frases en inglés, imágenes y pequeños vídeos. Al final, hacemos un debate oral en el que cada equipo presenta sus conclusiones.

3. Investigación colaborativa sobre países anglófonos
Cada grupo elige un país de habla inglesa. Con Wakelet recopilan información sobre cultura, gastronomía y tradiciones. Después preparan una presentación oral apoyada en su Wakelet y responden a preguntas de sus compañeros.

4. Cuentos digitales en grupo
En equipos, inventan una historia corta en inglés. Con Book Creator o Canva, diseñan un libro digital con texto, imágenes y audios grabados por ellos mismos. Al final, compartimos los cuentos en la pizarra digital de la clase.


El papel del docente en este enfoque

Cuando hablamos de aprendizaje colaborativo, a veces surge la duda: ¿pierde protagonismo el docente? La respuesta es que no. Nuestro papel cambia, pero sigue siendo fundamental.

En lugar de ser la fuente única de conocimiento, nos convertimos en facilitadores. Nuestra función es:

  • Diseñar actividades auténticas.

  • Asegurar que el inglés se use como lengua de comunicación.

  • Proporcionar recursos cuando hacen falta, pero dejar espacio para que el grupo explore.

  • Fomentar la reflexión final sobre el proceso de aprendizaje.

Al final, la satisfacción de ver a tu alumnado debatir, negociar y crear en inglés compensa con creces el esfuerzo de preparar estas dinámicas.


Retos del aprendizaje colaborativo con CALL

Por supuesto, no todo es sencillo. Existen retos que conviene tener en cuenta:

  • Desigualdad digital: no todo el alumnado tiene los mismos recursos en casa. Conviene planificar las actividades para que puedan realizarse con los dispositivos disponibles en el aula.

  • Gestión del tiempo: estas dinámicas requieren más sesiones que una explicación tradicional. Hay que priorizar calidad sobre cantidad.

  • Resistencia inicial: tanto parte del alumnado como de las familias pueden pensar que “en grupo se trabaja menos”. Es importante explicar el valor de la colaboración.

  • Formación docente: necesitamos actualizar nuestros conocimientos sobre herramientas digitales para sacarles todo el partido.


Oportunidades y beneficios

A pesar de los retos, los beneficios son claros:

  • El inglés se convierte en lengua viva, no en un ejercicio mecánico.

  • El alumnado gana autonomía y confianza.

  • Se desarrollan competencias transversales: aprender a aprender, competencia digital, competencia social y cívica.

  • El aula se transforma en un espacio más dinámico y motivador.


Conclusión

El aprendizaje colaborativo, apoyado en entornos CALL, no es una simple metodología más, sino una manera de transformar la enseñanza del Inglés en Primaria. Nos permite dejar atrás el modelo tradicional y crear experiencias donde el alumnado participa, se compromete y aprende de manera significativa.

Cuando el inglés se convierte en el idioma que el alumnado utiliza para colaborar con sus compañeros, crear proyectos y resolver problemas, entonces empieza a tener sentido. Y en ese momento, como docentes, sabemos que hemos logrado lo más importante: que el aprendizaje traspase la frontera de la clase y se convierta en una herramienta para la vida.


Bibliografía

  • Harasim, L., Hiltz, S. R., Teles, L., & Turoff, M. (2000). Redes de aprendizaje: Guía para la enseñanza y el aprendizaje en red. Gedisa.

  • Johnson, D. W., Johnson, R. T., & Holubec, E. J. (1998). Cooperation in the classroom (6th ed.). Interaction Book Company.

  • Guitert, M., & Pérez-Mateo, M. (2013). La colaboración en entornos virtuales de aprendizaje. UOC.

  • Suárez, C. (2019). Aprendizaje colaborativo en entornos virtuales. Ediciones Universidad de Salamanca.

  • Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press.


Cuando empecé a dar clases de Inglés en Primaria, me di cuenta de algo que seguramente le ocurre a muchos docentes: no basta con que el alumnado memorice vocabulario o repita estructuras gramaticales. Si queremos un aprendizaje duradero, necesitamos que construyan significados, que el idioma se convierta en una herramienta viva que les permita interpretar el mundo.

En este contexto, el constructivismo no es solo una teoría educativa, sino un marco práctico que nos ayuda a repensar cómo enseñamos. Y si lo combinamos con la enorme variedad de recursos que hoy ofrecen las tecnologías digitales, la propuesta gana fuerza. El resultado es un aula más activa, donde el alumnado se siente protagonista y el inglés deja de ser un ejercicio abstracto para convertirse en una experiencia significativa.

En este artículo quiero compartir cómo aplico el constructivismo en mis clases de Inglés en Primaria, integrando herramientas digitales y metodologías activas. No es un manual cerrado, sino una reflexión con ejemplos prácticos que pueden servir a otros compañeros y compañeras de profesión.


Qué entendemos por constructivismo en la escuela actual

El constructivismo, desde autores como Piaget y Vygotsky, nos recuerda que el conocimiento no se transmite de forma pasiva: se construye activamente a través de la interacción con el entorno, con los demás y con la propia experiencia.

  • Piaget plantea que el desarrollo cognitivo del alumnado avanza por etapas, a partir de procesos de asimilación y acomodación.

  • Vygotsky subraya la importancia del contexto social, del lenguaje y de la mediación en el aprendizaje. Conceptos como la zona de desarrollo próximo (ZDP) o el andamiaje (scaffolding) son esenciales para comprender nuestro papel como docentes.

Hoy el currículum en España se apoya claramente en estos enfoques: promueve la autonomía, el aprendizaje significativo y el trabajo cooperativo.

¿Qué significa esto en Inglés de Primaria?

En mi aula, aplicar el constructivismo implica:

  • Reconocer que el alumnado ya trae conocimientos previos (palabras en inglés de canciones, videojuegos, series, etc.).

  • Diseñar situaciones donde el inglés se use para resolver problemas reales o comunicarse con un propósito.

  • Favorecer la colaboración sobre la competencia individual.

  • Guiar más que transmitir: ser un facilitador que organiza contextos de aprendizaje y acompaña el proceso.


Principios del constructivismo aplicados con apoyo digital

En lugar de limitarse a listas de vocabulario, propongo actividades que simulan situaciones reales. Aquí la tecnología ayuda mucho:

  • Role plays grabados en vídeo con tablets: pedir comida en un restaurante, comprar entradas para el cine, reservar una habitación en un hotel.

  • Simulaciones en entornos virtuales: recorridos por ciudades de habla inglesa usando Google Earth o visitas virtuales a museos.

Esto no solo motiva, sino que conecta el inglés con el mundo fuera del aula.

El alumnado construye su propio conocimiento cuando se le da la oportunidad de manipular, decidir y crear. Algunas estrategias que utilizo:

  • Creación de podcasts: en grupos, graban pequeños programas en inglés con noticias, entrevistas o chistes.

  • Infografías digitales: con Canva, elaboran esquemas de vocabulario, reglas gramaticales o descripciones de animales y países.

  • Kahoot colaborativos: el propio alumnado diseña los cuestionarios y luego los pone a prueba en clase.

El constructivismo insiste en que el alumnado debe reflexionar sobre lo que aprende. Para ello:

  • Uso diarios digitales en Google Docs donde escriben, en inglés o en una mezcla de inglés y español, qué han aprendido y qué dudas les quedan.

  • Empleo rúbricas claras que comparto desde el inicio: así el alumnado sabe qué se espera y puede autoevaluarse.


Estrategias prácticas paso a paso

Empezar con conocimientos previos

Antes de introducir un tema, recojo lo que el alumnado ya sabe. Por ejemplo, si vamos a trabajar la comida:

  • Lluvia de ideas en Jamboard: cada grupo escribe las palabras que recuerdan en inglés.

  • Conversación breve en parejas: “What did you eat yesterday?”

Esto permite activar esquemas mentales y valorar la diversidad de niveles.

Plantear una situación-problema

El constructivismo se articula en torno a problemas significativos. Ejemplo: “We are opening a restaurant in London”.

  • El alumnado debe inventar un menú, decidir precios, diseñar carteles y preparar diálogos cliente-camarero.

  • Herramientas digitales: Canva para el menú, Padlet para compartir ideas, grabadora del móvil para ensayar diálogos.

Durante la actividad, mi rol es guiar:

  • Facilito vocabulario si lo necesitan, pero les animo a buscar primero en WordReference o Linguee.

  • Hago preguntas que estimulan: “What could happen if a customer asks for dessert?”

  • Ofrezco modelos y retiró apoyos progresivamente para que ganen autonomía.

Trabajo colaborativo estructurado

Formo equipos heterogéneos y asigno roles: portavoz, diseñador, buscador de información, revisor lingüístico. Así evito que alguien quede fuera y garantizo participación equitativa.

Evaluación constructivista

La actividad no termina con la exposición. El alumnado:

  • Se autoevalúa con una rúbrica sencilla (uso del inglés, creatividad, colaboración).

  • Da feedback a otros equipos en Padlet o en un foro de Classroom.

  • Reflexiona en su diario digital sobre qué ha aprendido y qué mejoraría.


Ejemplos de proyectos constructivistas con TIC en Inglés de Primaria

Proyecto 1: “Our Dream School”

  • Grupos diseñan la escuela de sus sueños usando Jamboard.

  • Deben escribir descripciones en inglés: subjects, facilities, teachers.

  • Exponen su mural al resto en inglés.

Proyecto 2: “Travel Around the World”

  • Cada grupo elige un país de habla inglesa.

  • Investigan con Wakelet, recopilan vídeos, imágenes y datos básicos.

  • Preparan una presentación en inglés para organizar un “viaje virtual”.

Proyecto 3: “English Podcast Show”

  • En equipos, crean un programa de radio escolar en inglés.

  • Incluyen secciones de música, entrevistas y chistes.

  • Se suben a un canal de clase en Anchor o iVoox.


Retos y oportunidades del constructivismo con TIC

Retos

  • Brecha digital: no todo el alumnado tiene acceso a dispositivos en casa.

  • Gestión del tiempo: las actividades constructivistas suelen requerir más preparación y dedicación.

  • Formación docente: necesitamos seguir aprendiendo sobre nuevas herramientas.

Oportunidades

  • Mayor motivación del alumnado al ver que el inglés sirve para algo real.

  • Desarrollo de competencias clave: aprender a aprender, digital, social y lingüística.

  • Posibilidad de personalizar la enseñanza gracias a la variedad de recursos digitales.


Conclusión y reflexión personal

El constructivismo, aplicado en el aula de Inglés de Primaria con apoyo digital, no es una moda ni una teoría abstracta. Es un enfoque que transforma el aprendizaje en algo significativo, motivador y duradero. El alumnado deja de ser receptor pasivo para convertirse en protagonista, y nosotros como docentes nos convertimos en guías que facilitan caminos, plantean retos y acompañan procesos.

La tecnología no sustituye al maestro ni al esfuerzo del alumnado, pero sí abre nuevas posibilidades para que el inglés se viva en el aula como un idioma vivo y útil. Y cuando el alumnado se da cuenta de que puede usar el inglés para crear, resolver problemas y comunicarse, entonces el aprendizaje cobra sentido.


Bibliografía: 

  • Driscoll, M. P., & Vergara, A. (1997). Nuevas tecnologías y su impacto en la educación del futuro. Pensamiento Educativo, 21(1), 43–60.

  • Ferro, C., Martínez, A., & Otero, L. (2009). Ventajas del uso de las ICT en el proceso de enseñanza-aprendizaje desde la óptica de los docentes universitarios españoles. Revista de Educación, 29(2), 22–33.

  • Harasim, L., Hiltz, S. R., Teles, L., & Turoff, M. (2000). Redes de aprendizaje. Guía para la enseñanza y el aprendizaje en red. Gedisa.

  • Johnson, D. W., Johnson, R. T., & Holubec, E. J. (1998). Cooperation in the classroom (6th ed.). Interaction Book Company.

  • Piaget, J. (1970). Psychology and pedagogy. Viking Press.

  • Vygotsky, L. S. (1978). Mind in society: The development of higher psychological processes. Harvard University Press.

Colaborar para aprender

El aprendizaje colaborativo es mucho más que trabajar en grupo: implica construir conocimiento de forma conjunta, aprovechando las habilidades y perspectivas de cada persona. En la enseñanza del inglés, especialmente en entornos Computer Assisted Language Learning (CALL), esta metodología favorece la motivación, la interacción y el pensamiento crítico.

 


Beneficios del aprendizaje colaborativo

  • Desarrolla competencias clave como la comunicación oral, la gestión del tiempo y el liderazgo.
  • Fomenta la interacción docente-estudiante y entre pares.
  • Aumenta la retención de contenidos y la autoestima.
  • Expone al alumnado a diferentes perspectivas y estilos de comunicación.
  • Prepara para contextos reales de trabajo y vida en sociedad.

 

Claves para implementarlo con éxito

  • Seleccionar cuidadosamente los grupos según objetivos y niveles.
  • Definir roles claros para cada miembro del grupo.
  • Usar problemas y tareas realistas que conecten con el mundo real.
  • Establecer normas de interacción y objetivos de colaboración.
  • Evaluar el trabajo en función del desempeño colectivo.

 

Herramientas digitales para la colaboración

En un aula CALL, la tecnología multiplica las posibilidades de colaboración. Algunas herramientas útiles son:

  • Padlet: murales colaborativos para compartir textos, enlaces o recursos visuales.
  • Wakelet: recopilación de enlaces y recursos en formato visual.
  • Miro o ConceptBoard: pizarras digitales para lluvia de ideas y planificación.
  • Google Docs y Google Slides: creación conjunta de textos y presentaciones.
  • Flip: grabación y respuesta en vídeo para practicar expresión oral en grupo.
  • Nearpod: actividades interactivas y debates en tiempo real.

 

Ejemplos de actividades colaborativas en inglés

  1. Proyecto de investigación cultural: cada grupo explora un país de habla inglesa y presenta sus hallazgos en un mural digital.
  2. Debate online: organizar un debate estructurado sobre un tema de actualidad usando Zoom o Microsoft Teams.
  3. Historias colaborativas: escribir un relato en Google Docs, donde cada miembro añade una parte siguiendo un hilo narrativo.
  4. Podcast de clase: grabar episodios sobre temas aprendidos, distribuyendo tareas de guion, locución y edición. 

 

Integrando la inteligencia artificial

La IA puede enriquecer el aprendizaje colaborativo: desde asistentes virtuales que resuelven dudas lingüísticas, hasta generadores de imágenes para proyectos creativos o simuladores de conversación con chatbots que mejoran la fluidez oral.

 

Reflexión docente

El aprendizaje colaborativo no se limita a “poner a los estudiantes en grupo”. Requiere planificación, objetivos claros y un equilibrio entre la guía del docente y la autonomía del alumnado. En entornos digitales, el papel del profesor como facilitador es esencial para que la colaboración sea auténtica y productiva.

Bibliografía:

  • Adell, J., & Sales, A. (1999). El diseño de procesos de aprendizaje cooperativo en situaciones virtuales. Trabajo cooperativo. Barcelona: Paidós.
  • Herrity, J. (2023). How to use dialogic pedagogy: The key to powerful teaching. Structural Learning. https://www.structural-learning.com/post/how-to-use-dialogic-pedagogy-the-key-to-powerful-teaching
  • Harasim, L., Hiltz, S. R., Teles, L., & Turoff, M. (2000). Learning networks: A field guide to teaching and learning online. MIT Press.
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