Desde los saberes docentes hasta una educación integral
¿Qué sentido tiene educar hoy?
En un mundo marcado por el cambio constante, las tensiones sociales, el avance de la tecnología y los desafíos medioambientales, esta pregunta cobra una vigencia indiscutible. La educación no puede quedarse anclada en la reproducción de contenidos, sino que debe responder a necesidades humanas más profundas.
En este artículo, proponemos una reflexión a partir de dos referentes clave en la teoría educativa contemporánea: Raymond Tardif y el Informe Delors (UNESCO, 1996). Ambos coinciden en lo esencial: la educación debe formar personas críticas, competentes y comprometidas con la vida en sociedad.
Raymond Tardif
El saber docente como eje transformador
En su obra Los saberes del docente y su desarrollo profesional (2004), Tardif plantea que la práctica educativa se construye sobre un entramado de saberes diversos. Su enfoque supera la visión técnica o transmisora del rol docente.
¿Cuáles son esos saberes?
- Saberes disciplinares: conocimientos científicos o académicos que conforman el contenido de enseñanza.
- Saberes curriculares: organizados por el sistema educativo, definen qué se enseña y cómo.
- Saberes experienciales: adquiridos en la práctica diaria, en el aula y la convivencia escolar.
- Saberes profesionales: estrategias pedagógicas, gestión emocional, liderazgo, etc.
Para Tardif, el objetivo no es solo enseñar, sino formar personas capaces de interpretar y transformar su realidad.
Jacques Delors
Los cuatro pilares de la educación
El informe La educación encierra un tesoro (UNESCO, 1996), coordinado por Jacques Delors, propuso una visión global y prospectiva de la educación, organizada en torno a cuatro pilares:
- Aprender a conocer: pensamiento crítico, autonomía intelectual, placer de comprender.
- Aprender a hacer: habilidades prácticas, colaboración, creatividad, adaptación.
- Aprender a vivir juntas y juntos: respeto, empatía, convivencia democrática.
- Aprender a ser: desarrollo integral: emocional, ético, intelectual y espiritual.
Esta propuesta concibe la educación como un proceso vital, continuo e inclusivo.
Dos visiones, un mismo compromiso
Ambos enfoques nos recuerdan que educar no es simplemente instruir: es acompañar, formar ciudadanía y promover justicia social.
Mientras Tardif nos invita a reflexionar sobre los saberes que moviliza la profesión docente, Delors nos orienta hacia los fines últimos de la educación en una sociedad plural y cambiante.
“La educación debe ayudarnos a convertirnos en lo que somos: seres humanos capaces de pensar, sentir y transformar el mundo.”
(Adaptado de Delors, 1996)
Para la práctica educativa
Como profesionales de la educación, podemos inspirarnos para:
- Diseñar experiencias de aprendizaje significativas y conectadas con la vida real.
- Valorar la diversidad como riqueza y no como obstáculo.
- Revisar y enriquecer los saberes que guían nuestra práctica.
- Promover una educación que forme personas críticas, empáticas y activas.
Referencias bibliográficas
- Delors, J. (1996). La educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI. UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000109590
- Tardif, R. (2004). Los saberes del docente y su desarrollo profesional. Narcea Ediciones.
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